Así empieza Mescladís...
Mescladís da sus primeros pasos en el 2005, a través de la Fundación Ciudadanía Multicultural. Con este fundamento institucional, ha recorrido ya, un largo camino de 16 años.
Empieza a gestarse desde la mirada de un inmigrante que reconoce en Europa distintos modos de exclusión, discriminación y racismo hacia el que viene de fuera. Este proceso se da incluso dentro de un mismo país, y esa dificultad para la hospitalidad hacia los recién llegados, denota inmadurez democrática. El proyecto se piensa entonces como una manera de contribuir, muy poco a poco, y paso a paso, con una Barcelona más plural, donde la multiculturalidad y diversidad sean factores de disfrute, aprendizaje recíproco, encuentro con todos los otros que comparten espacio e ilusiones en la misma ciudad.
El primer local de Mescladís, se instala en la Plaça Sant Pere, con medios siempre ajustados, y en ocasiones precarios. Esa parte de la historia que dio el empuje inicial, no hubiera sido posible sin la contribución de personas importantes de la sociedad catalana, que se animaron a apoyar la propuesta. Algunos de ellos con préstamos económicos, y otros con redes o distintos modos de impulso, formando incluso parte del Patronato de la Fundación.
Desde entonces, y en estos 10 años, Mescladís a través de la Fundación Ciudadanía Multicultural, ha logrado consolidar el Programa Cuinant Oportunitats, así como el Espai Mescladis del Pou -actualmente en la Calle Carders-, y las propuestas de Taller Mescladís. Son especialmente numerosas, interesantes y relevantes para la ciudad, las diversas iniciativas de Desarrollo Comunitario por su visibilidad y destaque en distintos medios. Seguimos con la misma ilusión del principio, buscando el modo de continuar ampliando oportunidades y para ello estamos abiertos al apoyo de amigos, colaboradores, voluntarios y una creciente base social.
El equipo de trabajo también ha crecido, compartiendo las ganas de que cada vez más jóvenes y mujeres, niños, adultos mayores, o personas que se sientan excluidas o sin oportunidades en la ciudad, encuentren en Mescladís un punto de apoyo. En ese sentido, contamos también con el compromiso de distintas instituciones y empresas con quienes compartimos horizonte. Las cosas no han sido fáciles, y siguen sin serlo, en especial en un contexto de crisis económica y desconfianza hacia distintos colectivos de inmigrantes. Pero cada día nos merece la pena por las múltiples historias que conforman una cadena -ojalá infinita- de mejora en la vivencia de derechos de seres humanos con rostros y nombres que nos importan.